“Responda como mínimo en 100 caracteres” Ansiedad, miedo y frustración.
Muchos hemos tenido que responder de esta forma algún formulario de internet y nos vienen todas esas sensaciones que paralizan.
Pero a veces pasa lo mismo cuando tenemos que definir y al escribir la longitud de los textos en redes sociales y aunque no sepamos lo que queremos comunicar, queremos escribir textos eternos. Quizás porque piensan que con ello, vamos a mantener la atención de los usuarios de las redes. Pero hay varias cosas que tenemos que pensar antes de poder pensar en la longitud de los textos.
El rellenar espacio, también pasa la cuenta.
Y si, se nota. Los usuarios lo notan.
Entonces, ¿cómo lo hago? ¿Cómo sé que mi publicación tiene que tener un texto largo o un texto corto?
Veamos qué es lo que tenemos que considerar a la hora de definir la longitud de los textos en redes sociales:
Tipo de cliente
Mucho hemos hablado en este Blog del nivel de conciencia de los clientes y esta es una de las razones de por qué es tan importante conocer el nivel de aquella conciencia. Así como también hemos hablado en las publicaciones de nuestras redes sociales.
- Poco conocimiento: Si los clientes no conocen nada de tu marca ni de lo que ofreces, tus textos tienen que ser más largos porque tienes que conectar con ellos desde el comienzo y transmitir el valor que tiene tu producto o servicio que estás ofreciendo.
- Hay conocimiento: Al revés, si ya conocen tu marca y tu negocio, no es necesario que sea tan largo el texto porque ya saben lo que quieren y quién se los está ofreciendo. Ya hay una conexión emocional con tu marca por lo que no es necesario persuadirlos en demasía.
Por lo tanto debes tener claro quien es tu cliente ideal. Analiza cuánto te conoce para poder mantener una conversación adecuada según el nivel de confianza que tiene con tu marca.
A posteriori, debes ir trabajando la confianza con contenido de valor que le debes ir entregando poco a poco. Recordemos que este es un trabajo paulatino
Precio del producto
Por lo general, las compras son emocionales. Muchas personas necesitan comprar algún producto o servicio, pero pronto aparece el fantasma del dinero que empieza por poner los cimientos a esas barreras mentales.
Todas estas barreras, junto con sus cimientos, debemos ir derribándolas dentro del texto para que la persona ya haya leído lo importante que es, para esa persona, tener lo que tú le estás ofreciendo.
Un ejemplo cercano.
Vamos a una tienda (por supuesto que antes de la pandemia) y se te acerca la persona que vende, necesitas un producto específico y solo te dice: “tenemos x producto que te va a ayudar a…”.
¿Mejoremos esto?
Qué te parece nos dicen: “Nuestro producto x lo vas a poder conectar a tu casa para ayudar a tu seguridad y así, desde el momento de que salgas de tu casa, esta va a quedar protegida. Si hay algún movimiento, te va a llegar una notificación a tu teléfono. En ese mismo momento se encenderá una cámara y podrás ver en tiempo real qué está sucediendo en tu hogar para que así, des aviso a la policía o si no te despreocupes”.
¿Ves la diferencia?
Objetivo del texto
Plantearte el objetivo desde un inicio hará que te pongas a correr en la pista correcta para llegar a tu meta.
Cada publicación que hagas en internet debe ser una conversación con tu cliente. Recuerda que el objetivo de las redes sociales es “mantener comunidad”, no vender.
Entonces, como definamos la longitud de los textos en redes sociales
Tienes que decidir para qué quieres ese texto, qué quieres hacer con él para poder saber la longitud de los textos en redes sociales y hacia donde quieres enfocar ese texto.
Recuerda a tu cliente, a quién le estás escribiendo. No es lo mismo venderle a personas que no saben nada de tu producto o negocio que a personas que ya saben lo que quieren y la tienen clara.
Importante también es reconocer el precio del producto. Un precio alto puede frenar la venta, pero tus textos pueden ayudar a derribar esa barrera.
¿Cómo defines la longitud de los textos en redes sociales? Dinos la verdad que aquí todos estamos para aprender.
